Nosotros mismos diremos adiós a cientos de detalles estúpidos, con el tiempo, que nos acabarán definiendo cómo seremos, cómo actuaremos y de qué forma perdonaremos u olvidaremos los errores del pasado.
Suena estúpido, pero me siento niña, y quiero dejar de serlo. Pero no puedo. O no me da la gana, en el fondo y a fin de cuentas. Me canso de mi misma. Sí, es eso. Hay momentos en los que mataría por una ausencia total de empatía y reflexión. No sé si reflexionas. Yo a todas horas, en todo momento. El autocontrol me domina hasta en las situaciones más controvertidas y diversas, da lo mismo si es alcohol o si es azúcar. Control, control. ¿Es buena tanta represión, tanto callar, tanta apariencia? Espera, ¿apariencia? ¿Es que se reduce a eso, a la mera razón de ser un trozo de roca?
No quiero ser roca. No sé, no quiero ser niña. No quiero. Quiero madurar, quiero crecer, quiero aprender, quiero cambiar, quiero divertirme y no sé, no me apetece ser, si es que ser significa vivir como he vivido hasta ahora. Sin llevarlo al extremo, obvio. Los extremos son imagen de inmadurez. Ah, ¿te das cuenta? Interrelación, contínua, exhaustiva. Pequeñas redes neuronales, dejad de trabajar durante un momento. Dadme un respiro.
Dejadme acabar con ésto.
1 coliflores:
Hummm... buen texto!
Publicar un comentario