Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Tears in Heaven

/ 19 de enero de 2012 /
Esto ni para ni cesa ni se detiene. Sólo sigue hacia adelante, sin frenos. Me pone enferma. No se acaba, o mejor dicho, no se ve el final. ¿Es finito? ¿Lo es? ¿Tiene límites, no los tiene? No soporto desconocer qué sucederá. Una pequeña idea, algo, lo que sea. Lo necesito, es imprescindible. Si no, la impaciencia se va comiendo poco a poco las ganas y la simpatía, lo que a grandes rasgos se define en un "No lo soporto más". Ahora parece que la cosa se calma un poco, sí. Se desvanece a medias la niebla. Sombras. Ligeras sombras de algo que todavía no se aprecia con exactitud. Y vienen a caballo las dudas, la incertidumbre, las confusiones. Que si desconocer antes era terrible, saber también parte del mismo infierno.
Que ni para, ni se detiene, ni cesa, ni piensa dejar de moverse. Y sigue, y continúa, y más, y más allá, más lejos, aún más lejos. Más cerca de lo improbablemente alcanzable.

0 coliflores:

 
Copyright © 2010 melt, All rights reserved