Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Indie Rokkers

/ 18 de enero de 2012 /
De la misma forma que en ocasiones las personas te resultan más imbéciles, más insoportables, más distintas. Si han cambiado, o si decidieron tomarse mis advertencias con tequila, radiactivos, y no con leche y café como los hube avisado. A su manera. Se han sacado de su bolsillo sus propias leyes y normas y, no sé, pero todas ellas me resultan infantiles a la par que absurdas. De repente salen hasta de debajo de las piedras tropecientas nuevas parejas con fecha de caducidad en la frente. Algunas parece que van a durar más de lo previsto. Otras, es duro prever en cuántos meses acabarán odiándose, como si antes no hubierams leído la misma historia, el mismo cuento. Quizás soy yo la escéptica, o me gusta en exceso el conformismo. Quizás es que esto de las costumbres me viene demasiado al pelo, y que la palabra compromiso es un alérgeno para mi piel y, en general, para mi misma.

Como extraños.

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