Cómo odio que hagas todo eso. Te lo prometo, odio que lo hagas. Odio esa forma que tienes que alegrarme. Déjame en paz, por favor. Deja de marearme, porque no entras en mis planes. Justo lo que me faltaba... tú. Dejemos las cosas claras: aquí funciona de dos maneras, o todo, o nada. Así que, ya que nos conocemos un poco, pero lo suficiente, opta por el nada, y nos ahorramos parte del camino.
Asco de mente, será todo producto de mi imaginación, y eso es lo que más odio después de tí. Mi puta imaginación.
PD: De qué coño estoy hablando, ya, ya, ya, ya.
PD: De qué coño estoy hablando, ya, ya, ya, ya.
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