Hace un día demasiado bonito, y me he levantado con exceso de buen humor, antes de que sonara el despertador, incluso. He encendido el MP4 y tarareado esas cancioncillas de Alex Turner, de la película Submarine, que tanto me gustan últimamente. No he acabado mejor que ayer y sin embargo sólo me sale abrazar y reír. Reír, reír. ¿No parece como que cualquier excusa es suficiente para alegrarse? ¿Es una señal? ¿Por qué?
Quizás no tiene nada que ver con nada. Quizás es que estaba determinado así, y de la misma forma que un día cualquiera de Septiembre odias a la humanidad y deseas el fin del mundo, el último martes del mes puede que sea pie para empezar con más ganas el inicio de la Navidad. No sé, puede que simplemente esté tergiversando las cosas, como acostumbro, y ya está. Parece que sí, aunque espero que no.
La noche distorsiona la imaginación. Habría que limitar su uso a altas horas de la madrugada. Por si las moscas, ya sabes.
PD: Qué estúpida me siento escribiendo ésto. Ya. Fin.
PD1: Vale. Soy estúpida, no sólo siento, sino que lo soy.
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