Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Wind of Change

/ 5 de octubre de 2011 /
Pero, ¿qué estoy haciendo mal? ¿Por qué? ¿Por qué lo hago todo mal?
Tengo yo toda la culpa. La tengo, solo yo, yo, yo, por hacerme la víctima. Por dejar que me afecten las cosas. Tengo que estar contenta, no tengo problemas. Soy una superficial, una miserable y asquerosa niña que se hunde en un vaso de agua. Mierda, mierda, solo mierda. Eres una mierda. ¿Sabes qué? Me doy asco, soy repulsiva, lo soy, lo soy, lo soy. Te preocupas solo por ti, ¿no te das cuenta? ¿En qué te has fijado últimamente? En ti misma. No has hecho nada por nadie, y lo que haces, lo haces mal. Crees arreglar los problemas y no haces nada, porque estás ciega, porque no vales, no sirves, no eres nadie, eres como las demás, la misma mierda cantante y sonante que dices despreciar. Hipócrita. Tienes la culpa, porque la tienes... Mírate. Vas a desperdiciar tus estudios, imbécil, ¿pena? ¿Pena? Ah. Pena es la que a mí me inspiras. 
Tengo que aguantar. No, en realidad no tengo que aguantar nada, soy feliz, no me puedo hacer la víctima con éstas cosas. No son problemas, ¿a que no? La familia está bien, tengo amigos, me gusta un chico y soy buena estudiante. Sí, no tengo excusas, soy feliz. Así que ya no se puede llorar. Mamá tiene razón. No puedo llorar, porque además tengo la culpa: Primero, porque hay que reorganizar horarios por mí, y no puedo hacer tantos recados como antes. Y además tengo que estudiar mucho más. Y tengo que reprimirme cuando diga cosas, aunque no tenga razón. No puedo. Y no puedo llorar tampoco. Y tengo que ser perfecta, tengo que serlo. 
Pero... lo peor de tí... es que encima no te preocupas de tus amigas, ves lo que quieres ver. Ah, sí, no te preocupas de Bob, no lo haces. Tienes que estar más encima. Y de Borja también. ¿Ves? Ellos sí que lo están pasando mal de verdad, y tú... tú aquí escribiendo esto. Te haces la víctima, así que para, para, y céntrate en lo que toca: en los demás. En mamá, en casa, en los exámenes, en los amigos... Por no hablar de tu insaciable orgullo y egoísmo. Lo quieres todo, lo quieres todo, y no puedes, ni te lo mereces, miserable. 
Así que deja de decir estupideces, eres feliz, así que basta, basta, basta. Sé perfecta

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