via Snakes Nest
En fin, Hallowe'en, misma situación que hace un año. Muerta de asco, en el cuarto, esperando hasta el último momento para vestirme, salir, o decidirme a hacer algo esta puta noche. En realidad no me apetece para nada, y tienen más bien pinta de ser un absoluto fracaso. Me dan ganas de vomitar y angustia de imaginarme el desperdicio de día que pensaré que ha sido hoy, mañana por la mañana. O la de errores que habré cometido, o la de veces que desearé pegarme golpes en la pared para olvidarme. De verdad, qué asco. No me apetece nada ver a nadie. Pero tampoco me quiero quedar en casa, ¿a hacer qué? Es que, si me lo pasara bien... pero no, no, no. ¿Por qué tengo la impresión de que va a ser una mierda? No es como la vez anterior... la verdad. Han cambiado muchas cosas. Claro, es porque han cambiado las cosas, y tu no querías que cambiaran. Pero, ¿qué digo? Ah. Otra vez la maldita paranoia. Vamos a dejarlo, eso es todo mentira. Imaginación de mierda, para qué te quiero... No es lo mismo ni de lejos. Entonces, por lógica, no saldrá igual. ¿Y qué quiere decir eso? Nada. No quiere decir nada. Tengo veinte minutos. Yo decido, pero me da a mí que va a ser una divertida noche en casa, sola, en el cuarto, mirando a un lado y a otro esperando una maldita señal. O un sentimiento que me haga no sé, ser persona, ya que me muero de asco sin eso, por mucho que lo niegue. Que me vuelvo fría y llena de apariencias. Que de remover tantos malos recuerdos ya no me saben a nada. A corcho y plástico quemado. Y ya lo veo, que si esto lo lee Borja, me cae bronca.
(Si a alguien no le gustan las piedras rodantes, lo tiene crudo, porque yo me he vuelto una auténtica drogadicta, siendo ellos mi heroína. Así que fú)
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