Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Set the controls for the Heart of the Sun

/ 24 de agosto de 2011 /

Si Tom había aprendido algo, era que no se podía atribuir una importancia cósmica a un simple acontecimiento terrenal. ¿Casualidad? A eso se reduce todo, nada más que casualidad. Tom por fin había aprendido que no existían los milagros, que no existía el destino, que nada estaba predestinado. Lo sabía... Ahora estaba seguro de ello.

No he podido evitarlo, he vuelto a verla, 500 Days of Summer.
Soy una terrible fan de la comedia romántica, está clarísimo. Si hay algo que realmente encuentro irresistible son esas tardes de fin de semana hibernal arropada con una manta encima del sofá, un chocolate calentito, buena y limitada compañía (de normal prefiero verlas sola o con un/a unico/a amigo/a) y la película más moñas o pastelosa que se nos ocurra. Si además he de elegir, con seguridad me decantaría por una de Hugh Grant, como El Diario de Bridget Jones, Love Actually o Notting Hill.
Tengo unas ganas ingentes de irme de fiesta, pero aquí se puede hacer más bien poco, todos están en sus respectivos pueblos, y en fin... Cabe la posibilidad de poner en marcha el plan B e irme de inquilina a casa de una amiga, pero siempre se me ha dado mal el parasitismo descarado, así que tendré que conformarme con esta ciudad fantasma mientras mis dos queridos hamijichuelos están disfrutando como dos malditos críos en esas tierras inciertas. Dios, qué frustrante.
Me siento terriblemente vacía de sentimiento puro y duro. No sé si me explico. Tengo una teoría por la cual me guío que es que realmente no llego a sentir en su totalidad el miedo, el dolor, la alegría, la desesperación... hasta que no estoy enamorada o me gusta una persona. Parece que cuando sí es así, lo vives todo con una especial intensidad, estás más sensible o más receptivo, quién sabe. No estoy indiferente. No, tampoco es eso. Lo que ocurre es que busco esas sensaciones en otros ámbitos, como la amistad. Me vuelco totalmente en mis amigos, sobretodo en aquellos a los que más quiero. Y en realidad la situación se hace un poco más extraña que de costumbre, porque convivo con ese sentimiento de demostrarlo contínuamente con el de la represión. Y ahora pensaré, ¿represión? Sí. Guardármelo todo, como antaño. Hasta... ¿explotar? 
Esta vez, desconozco si para bien o para mal, no hay nada que pueda hacerme reventar.
Ah, van a ser unos meses muy, muy largos.


PD: Los martes y sábados escribiré la historia por capítulos.

0 coliflores:

 
Copyright © 2010 melt, All rights reserved