Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Caroline says

/ 23 de abril de 2012 /

Pudiera describir tantas cosas que se me escapaban hace meses a mis predicciones, de ésas que creas cuando buscas respuestas a preguntas que tú misma te formulas. Pudiera rectificar ahora alguna de esas divagaciones, alguna de las desilusiones y tantas cosas que tergiversaba. 
Encontrar el jaque definitivo como objetivo no desaparece del horizonte. Una vez se manifiesta, se esconde entre los propósitos más oscuros de mi alma. Y existe método, existe medio y tan sólo faltan condiciones. En ocasiones te preguntas si es que te has degenerado tanto como para odiar de aquella manera. O es que, en realidad, la importancia se disipó como el aroma de una amapola, pero aún reside esa fijeza por lo equipolente. 
Y aún miras, aún observas. Aún estudias movimientos y palabras. 
Y sientes frío.
Mucho frío.

All her friends call her Alaska... It's so cold in Alaska.

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