Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Have a Cigar

/ 10 de enero de 2012 /

Pues sí, no se qué encuentro en él, sólo se que me encanta. Lo veo por la calle, con esa jodida chaqueta de cuero negra que tanto me gusta. El pelo... oscuro, castaño oscuro casi negro, o ¿es negro del todo?, los ojos claros, verdes o azules aguamarina, clarísimos, fríos, sugerentes, no se, tiene algo... algo distinto, especial. Se enciende un cigarro, aspira el humo, cierra los párpados en una especie de disfrute personal. Parece que lo está besando, joder. Un ligero momento de éxtasis. Deja caer la cabeza hacia atrás, y suelta todo el aire, una bocanada de gris con olor a maría... No llega a los 17; le da al ácido, a las pastillas, a la cocaína, a los antidepresivos, le da a todo. Lo sé, pero, qué coño más da, sigue siendo perfecto... Se ríe, habla con los amigos, saca un par de cigarros más mientras están apoyados encima de un coche. Suena Pink Floyd de fondo. Sí, sin duda alguna. Reconocería ese Have a Cigar a kilómetros de distancia. Si hablamos de confesiones, lo reconocería, a él, a millares de millas de distancia.
Me chifla esa forma que tiene de andar, esas zancadas desgarbadas, como si encarnara toda la esencia de Mick Jagger en cada uno de sus movimientos. Atracción, repulsión, atracción, atracción, atracción. Total, irrefrenable. Tiene una sonrisa... una especie de mueca entre la prepotencia y el colocón, con la mirada penetrante, descifradora, matemática, curiosa, atenta; misteriosa, en conclusión. Te desnuda con la mirada, lo juro, lo he visto, no te deja indiferente; que no son pocas las estúpidas que lo persiguen como un perro deseando echar un polvo, locas por su naturaleza fría y salvaje, locas por sus maneras y su encanto. Locas por el humo de su tabaco. ¿Y lo peor? Consigue lo que quiere con su chasquido de lengua. Si caes, has caído, sin salida, agujero negro. Aquí sólo te basta el todo o el nada. La tentación es muy dura y la lujuria excesiva, las cosas como son, no sería la primera vez. Ni la última.
Y aquí, yo. Parada, desde la otra punta del aparcamiento, impasible, inmune a sus encantos. Se gira, me mira, sonríe. El cigarro. Los ojos, sus ojos. Su boca. Sus labios. Su pelo. Ah, lo sabe, sólo puede saberlo. Tiene la teoría de que toda su química y su física me atraen más que los dos polos opuestos de un par de imanes. Pero nadie ha estado tan equivocado nunca. Ni su física, ni su química. Me basto con su sonrisa y sus endorfinas de cada vez que se acerca a darme los buenos días cada mañana.
¿Me basto?
No tengo ni para empezar.

Pink Floyd | Have a Cigar
Lo escribí hace un año y pico o así y he tenido una necesidad impetuosa de publicarlo. 

2 coliflores:

{ Candy } on: 11 de enero de 2012, 15:56 dijo...

''Me gusta''

{ Irene } on: 11 de enero de 2012, 17:26 dijo...

Quiero decir algo pero no sé muy bien qué. Me ha encantado el texto, no sé con qué frase me quedaría. Quizá con : "Si caes, has caído, agujero negro. Aquí solo te basta el todo o el nada. La tentación es muy dura y la lujuría excesiva, las cosas como son, no sería la primera vez"

 
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