Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Si tu vois ma mere

/ 17 de diciembre de 2011 /

No quiero que me inspires nada que le hayas inspirado a tantas antes que yo, pero tampoco quiero inspirártelo a ti. Así que supongo que seguiremos como siempre. Se nos da bastante bien fingir, suponer, y sonreír sin atreverse a ver qué hay detrás, pero tampoco me preocupa, mientras no desaparezca. Aunque sea el triste consuelo de siempre, no soy la que va a tomar cartas en el asunto esta vez sin que antes me lo demuestres. Puedo vivir con ésto eternamente. Que lo puedas hacer tú ya no lo sé. En ese principio es en el que me voy a basar.
No tengo nada que perder.

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