No quiero que me inspires nada que le hayas inspirado a tantas antes que yo, pero tampoco quiero inspirártelo a ti. Así que supongo que seguiremos como siempre. Se nos da bastante bien fingir, suponer, y sonreír sin atreverse a ver qué hay detrás, pero tampoco me preocupa, mientras no desaparezca. Aunque sea el triste consuelo de siempre, no soy la que va a tomar cartas en el asunto esta vez sin que antes me lo demuestres. Puedo vivir con ésto eternamente. Que lo puedas hacer tú ya no lo sé. En ese principio es en el que me voy a basar.
No tengo nada que perder.
0 coliflores:
Publicar un comentario