Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Seven Nation Army

/ 20 de diciembre de 2011 /

The White Stripes | Seven Nation Army
Uno acaba por sorprenderse de cómo era hace un tiempo. Es lo típico, un clásico, como si no hubieran sido cientos las veces que he susurrado entre suspiros "Cuánto tiempo desde..." "Hace exactamente siete meses..." "¿Te acuerdas de cuando...?". Con el tiempo vas perdiendo esas frases, vas perdiendo la melancolía, la nostalgia, y pierdes también los recuerdos. Se olvidan, como todas las cosas que dejan de ser importantes. Es triste, sí, de acuerdo, pero es la realidad, es cuestión de seguir adelante. Como cuando tienes que deshacerte de todos esos jerseys viejos de tu madre, y te encuentras con los pantalones de pana de cuando eras pequeño, o esas zapatillas de Barbie que tanto te gustaban (ojo, nunca fui de ésas). Tienes que deshacerte de ellas, porque te anclan y no te dejan continuar con tu camino. Hacen pum, y te retrasan, poquito a poco, acumulándose, hasta que finalmente revientas y...
Te puedes sorprender de cómo eras hace un año. Hace dos. Hace tres, cinco, ocho, nueve. Diríamos que a estas edades es lo más normal del mundo, los grandes saltos y diferencias.
Si te sorprendes de cómo eras hace dos, tres, cuatro meses.. quizás es que realmente hayas dado un giro a tu vida, y ni te hayas dado cuenta. Qué cruda que es la realidad, y qué puta es la vida, que hace que ciertas personas se queden por siempre enamoradas del mismo, y que otros, sin embargo, sigan adelante. Como si nunca hubiera sucedido nada.
Algunas personas te marcan y otras pasan como una simple anécdota. No sé vosotros, pero hoy me he dado fijado de que cuento con más de los últimos que de los primeros, y no sé si eso es bueno o malo. Sólo sé que puede que haya hecho daño, y no me importan en absoluto.


El destino me juega a veces malas pasadas y le encanta reírse de mi. Gracias, entradas relacionadas, por recordarme que de vez en cuando debería incluirme yo también en alguno de los sacos.

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