Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Just Like a Woman

/ 21 de diciembre de 2011 /

Y como todo lo que sube, baja. Y como todo lo que crece, poco a poco va decayendo, hasta que llega un extraño punto en el que te pierdes y no sabes si seguir hacia adelante o quedarte esperando... Todavía no queda muy claro el qué, ni por qué, ni si de verdad quieres hacerlo. Quizás por un instinto, una corazonada o como quieras llamarlo. El caso es quedarte, parada. Sin más. Sabiendo que es absurdo y que de un momento a otro vas a echar a andar de nuevo, siguiendo el camino por el que ibas, igual de feliz o de indiferente que antes. Y ahí estás. Y qué, qué coño hago. Pues nada, no necesito hacerlo, no busco nada. Pues vete. Vale, ahora, ahora. No vas a irte. Sí me voy a ir, pero tengo tiempo, y además, se está muy cómodo aquí.

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