Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Yellow

/ 23 de octubre de 2011 /


Las personas maduramos, con el tiempo. Dicen aquello de que se madura con los daños y no con los años, pero sin embargo, eso no es del todo cierto. Los años ayudan, sin duda. Es la inercia, dejarte llevar poco a poco por las nuevas costumbres y formas de pensamiento, alejándote cada vez más de tu adolescencia, creciendo, aunque todavía te quede mucho por vivir. Piensas en las oportunidades que desperdiciaste, y las que aprovechaste; o, quizás, cómo diste el giro de 180º, sorprendiendo al mismísimo destino, para hacer de algo imposible, una realidad. 
E irás perdiendo la inocencia, la niñez, y donde pudieron haber carcajadas y estupideces quedarán sonrisas y abrazos. ¿Qué significa crecer, entonces? Olvidar, recordar y recuperar la noción del tiempo. "¿Cómo han pasado tantas, y tan rápido?". Tienes dos opciones: aceptarlo, o amarrarte fieramente a esos momentos, llorar y patalear para que no se escapen. Y de nuevo, no podrás. Son como la arena de la playa, se deslizan entre los dedos, la mitad de veces sin que te des cuenta y todas ellas de forma inevitable.
Te pararás de frente a él mientras sonríes, a una distancia mínima, tan mínima que sólo te podrá inspirar una única cosa. Y sin embargo rehuirás, un gesto suave de rechazo a tí misma, a darte una posible oportunidad. Pero, en realidad, lo que rechazas es rememorarlo todo una vez más, la enésima, y lo que vino después.
Uno echa de menos lo que pudo pasar, lo que nunca pasó y lo que, por encima de todo y escondido entre distintos tipos de realidades, quieres que suceda.




Se pierde, se pierde con los días, superando los trescientos sesenta y cuatro, trescientos sesenta y cinco, trescientos sesenta y seis. Y te dicen que qué más da, pero no lo entenderían, ni te importa. Es un pensamiento abstracto. Y los que lo entienden, no quieres que lo sepan. Hay cosas que es mejor llevarlas por dentro, ya que ni con toda clase de mensajes cifrados serías capaz de expresarlo. 
"Mira a las estrellas, observa cómo brillan por tí... y por todas las cosas que haces."

0 coliflores:

 
Copyright © 2010 melt, All rights reserved