Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

A walk on the wild side

/ 7 de mayo de 2011 /
Y las chicas de mejillas coloradas dicen 
do do do do do do do do do ...




Fuimos muy temprano, como a las 6 de la mañana. Nos metimos un papel cada uno y escuchábamos música. Estaba lloviendo y yo trataba de escribir, pero no podía. Cómo la carpa era azul todo se veía frio, y ella se movía, la textura estaba viva. También comimos hongos y estaba como muy muy muy loco el trip...
Todas las montañas ondulaban y se formaban redes fractales en la hierba. Veía saltar a grillos sincronizados en el pasto y cada gota de lluvia sonaba cuando caía. Yo realmente no podía hacer nada, mi amigo quería caminar, aguapanela, un millón de cosas pero yo estaba maravillada con el viento y sus colores, el cielo me sabía a dulces y los charquitos los veía muy profundos. Hubo momentos de pelea, y así se pasó todo el día entre música, magia, sonidos; los pinos que me hablaban. Era increíble. Una de las cosas más bonitas fue la noche allá en la montaña. Cuando por fin decidimos devolvernos eran como las 9, y había muchísima neblina, no se veía casi y yo sentía que caminaba en las nubes, las luces de la ciudad las percibía como barcos, y aunque estaba loquísima... como que sentía la tierra y los pasos que debía dar para no caerme. Volver a la ciudad fue horrible. Mucho ruido, mucha contaminación, mucha paranoia.



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