Tiene sus particularidades. Bien es sabido que es distinta, no es como las demás, no pretende serlo. Ella mira y cuida cada uno de los detalles, ella se aparta los mechones de pelo de la cara con el gesto perfecto, en el momento preciso. Índice y corazón, el primero ligeramente montado sobre el otro, pasándolos con delicadeza hasta las puntas del cabello, desenredándolo, estirándolo, apreciando el brillo caoba que tiene bajo la luz . Y mientras, la mirada baja. Y luego, una sonrisa furtiva y los ojos chispeantes. Y después, gira la cabeza a un lado, el derecho, creo. Sí, suele ser el derecho. Y se humedece los labios, los aprieta, sube los pómulos, suspira, frota un dedo sobre la punta de la nariz, y con la otra mano simula tocar el piano, ¿te has fijado? Adora "Moonlight Sonata" y "Clair de Lune"...
Sólo en ocasiones le asusta sostener la mirada. Sabe que los ojos la delatan, pero ha aprendido a fingir. No es complicado, únicamente requiere práctica y valor. Le dicen, "Eso no es valor, eso es cobardía". Ella no los escucha. ¿Qué hay más importante que la felicidad? Y, ¿no se encuentra ésta en los demás, en hacerlos felices? No hace daño evadir un poco la realidad con tal de alegrar a alguien. "No hay problemas ahora", piensa. Y es cierto que no los hay. "Sonríe". Y ella sonríe.
Pero ella piensa que es tópico, que es absurdo, que no hay necesidad, pero repasa todos sus trocitos de memoria antes de dormir. A veces tarda horas. A veces para y descansa. A veces dice "Esto me sabe a otoño".
Uncle Sam Blues - Jefferson Airplane
Tiempo al tiempo, pequeña. La nostalgia es una bonita y cruel enfermedad.
Hay un momento justo antes de dormirte completamente, en el que tu conciencia recupera en un instante los momentos más importantes de tu vida. Dicen que el segundo después de esto, aparecen las personas que te hacen sonreír, e inconscientemente nos dormimos.
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