Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Eye in the Sky

/ 11 de mayo de 2011 /




Está lloviendo en Brest. El dormitorio sigue vacio. Vacio de esperanzas. Vacio de milagros. Siento que escribo lineas que ya fueron escritas. Y mi pregunta es, ¿para qué escribir cosas que a nadie le interesa leer? Quizas ni siquiera a mi me interese leerlo dentro de un tiempo.
Rozamos lo absurdo en tantos momentos de nuestra vida que llega un punto en el que ya no distinguimos, o nos cuesta distinguir, entre lo que se trata de lo correcto y... lo que no lo es. ¿Y si esto no tuviera utilidad alguna? Ya ves tú, de qué me sirve escribir aquí. De nada. Absolutamente de nada, es así de simple. Puede ser, sí. Todo es un invento. Asi somos nosotros. Nos inventamos cosas para seguir viviendo. Para creer en algo. Para no suicidarse cuando pase el primer tren por la estación.




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