Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

While my guitar gently weeps

/ 25 de abril de 2011 /




Pero le bastaba con ver a Cosette todos los días, ¿qué más necesitaba? Toda su vida se centraba en aquella hora que pasaba sentado junto a ella, mirándola sin desplegar los labios, o bien hablándole de los años de su infancia, del convento y de sus amiguitas de entonces. Una tarde Marius dijo a Cosette:
- Habíamos prometido hacer una visita a nuestro jardín de la calle Plumet. Vamos, no hay que ser ingratos.
La casa de la calle Plumet pertenecía aún a Cosette, por no haber concluido el plazo del arriendo. Allí los recuerdos del pasado les hicieron olvidar el presente.





Masella. 
I'll miss u, guys.

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