Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.
byIrene /
5 de abril de 2011 /
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MGMT
¿Sentirte mal porque hablas con él? ¿Mal? ¡Disfruta! Ahora nos toca aprovechar, quién sabe, las oportunidades de hoy quizás serán los anhelos de mañana.
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