Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Felicidades

/ 7 de septiembre de 2011 /
Esta es la clase de detalles que quizás con el tiempo quisiera haber evitado, o puede que quizás, recuerde con mucho cariño y me hagan pensar "hiciste bien escribiéndolo". Pero no voy a pararme en esto ahora porque es absurdo, ya que ambas cosas las pensaré tarde o temprano, aunque no sé ni en qué orden, ni el número de veces.
No quiero decirte que eres un grandísimo amigo ni un grandísimo imbécil. Estaría guay soltar una parrafada de éstas como hice con Borja hace ya mucho tiempo, pero era una situación distinta y también una persona distinta. ¿Sabes? Cuando lo conocí pensé que os parecíais muchísimo, pero ahora, con el tiempo, me doy cuenta de que no, al contrario, sois tremendamente diferentes. Cuando conoces a gente por primera vez, sólo te fijas en las semejanzas entre ellos y tú, pero con el tiempo empiezas a fijarte en las diferencias. Supongo que es así como empiezan todas las amistades. 
Qué puedo decirte de cosas de hace un año, o casi. Nada, ¿no? No es necesario. Esto no son unas crónicas ni una redacción de quince páginas en un semi intento de sinopsis. Ambos nos acordamos de cómo empezamos a hablar, de noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo, abril, y todos los meses del año hasta hoy mismo. Es lo bueno de tener memoria. Y eso que en un amago de desconfianza no pensé que te acordarías ya de mi famosa auto-lesión, y aunque sea una estupidez, me hizo sonreír que sí que fuera así, cuando lo comentaste este fin de semana. No estoy dándole una trascendencia astronómica a un hecho sin importancia, en realidad, es lo que yo llamo tus "detalles". Cosas de las que te acuerdas y que son estúpidas. Pero que te acuerdas.
He cambiado a lo largo de todo este tiempo un montón de veces mi opinión sobre tí. Muchas, muchas. A veces te lo decía, y me respondías que estaba equivocada en esto o aquello. Yo, pues me frustraba, porque si hay algo que es natural en mí, es la necesidad de saber cómo es una persona. De costumbre, acierto de lleno entablando un par de conversaciones. Pero tú, no. Contigo nunca fue así. Siempre te lo he dicho, "no te conozco". Pero sabes, también estaba equivocada en ello. 
Claro que te conozco. Sé qué música te gusta y que puedo confiar en tí, sé tus gestos y algunas frases épicas tuyas. Sé qué películas te gustan y qué te pone nervioso, que tragas como un pato, que adoras la distorsión, que siempre tienes alguna conjetura por confirmar y tu pasión por las conversaciones metafísicas. Sé qué te aburre y qué te hace reír, que no mientes y no sé, creo que muchas cosas más, proporcional seguramente al tiempo que hemos pasado o hablado juntos. A veces siento como que eres un extraño, y sin embargo otras es como si te conociera de toda la vida. Cuando pienso en la de cosas que han pasado, me asusto. ¿Mucho tiempo? ¿Poco tiempo? No lo sé. Lo que más me sorprende, es cuánto cariño puedes tener por una persona que hace tan solo un año no era más que un nombre más de Tuenti.
Y aunque en ocasiones, que las ha habido, me han dado ganas de no hablarte más, pasar de largo sin saludarte, convertirte en tortilla, darte una hostia en la cara o que un pitbull te salte a la yugular... luego pienso que las promesas no se deben romper, que después de la de problemas, pero también la de buenos ratos que han habido, echar por la borda tanto... y que bueno, que como dijiste ya una vez, "con la de cosas bonitas que he hecho yo por tí...". No sé si serán tantas, o si será del todo cierto, pero bueno, tienes esa extraña manera de demostrar las cosas. Sí, es extraña, y ahora pondrás una de tus caras raras y pensarás "uy, no puedes decir eso y ala, tan pancha", pero mira, es así. Un tipo raro con la cabeza muy grande. Pero en fin, nadie (nadie) es perfecto, cosa que se aprende con el tiempo, y eso es lo mejor de las personas, ya que sus defectos te hacen apreciar aún más sus virtudes.
La cosa es que llevo una hora intentando escribir algo con sentido pero no me sale lo que en realidad quiero decirte, no encuentro las palabras exactas, y es muy frustrante, jopé. Así que... venga, lo voy a intentar:

Aunque te vayas a 2000 kilómetros de distancia, aunque cumplas o dejes de cumplir listas de perfección, aunque llegue el fin del mundo, 
aunque diga que me eres totalmente indiferente, aunque nos enfademos, aunque... pase lo que pase, los amigos son amigos, ¿no?

Y me gustaría que a tí no te importara que yo fuera una de las tuyas, aunque sea pesada, tozuda, a veces mienta y sobretodo, con convicciones tan profundas y absurdas que no me molesto en cambiar. Pero, ¿sabes qué? De vez en cuando, aparece de repente alguien en mi vida que se lo gana, que se lo merece, y que con el tiempo, llega a importarme. Y supongo que una de esas personas eres tú, y no querría que cambiara, por nada del mundo, porque conocerte creo que ha sido una de lo mejor que me ha podido pasar en mucho tiempo. Quería que lo supieras, aunque supongo que ya lo debes saber. Pero de todas maneras, quería decírtelo.Y hala pues, ya está dicho.
Y... eso. Que no esperes que vaya a decírtelo dos veces, porque soy tu amiga, pero no me arrastro. Oh, espera...


Felicidades, ojalá sean muchos más cumpleaños los que te felicite. 
Y ya puestos, que también sean muchos los que pueda seguir utilizándote como guitarrista personal para paliar mi frustración al tener una gracia nula para tocar.



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