Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Por el pasillito que suena ''The End'', a la derecha.

/ 17 de abril de 2011 /

- Venga, va, una paradita rápida, París, 1960, el Barrio Latino.
No, no, si quieres te la dejo, pero no, lo siento.
- Va, estará chachi, los vemos ahí todos locos y revehindicando y nos vamos.
+ Vaaaaaaaale, pero que sepas que lo hago sin querer hacerlo.


+ ¿Seguro que no te apetece más ir a Woodstock?
- , pero primero ¡París!
+ Pero vamos a Woodstock, ¿eh?


- ¡Yupi! ¿Y luego?
The Cavern, porfa
- Bueno... vale. Pero yo también lo acepto sin querer hacerlo.
+ ¡Wiiiiiiiiiiiiiii!


- ¿Qué más? ¿Qué mas sitios?
+ Ya sé, ¡al Shea Stadium!
- Mmmm...
+ Y, y... ¡Al Show de Ed Sullivan! O como se escriba.



- ¡Guachi!
+ Y después... te dejo elegir a tí.



Eres un grandísimo idiota, te odio muchísimo y me encantaría que viniera Curni Lof y que te comiera o te llevara a las entrañas de la tierra y no te dejara salir.
Pero a veces te haces de querer. Sólo un poquito. Y sólo porque tienes la máquina del tiempo.

PD: Sir James Paul McCartney es Dios.


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