Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

please me

/ 3 de febrero de 2011 /

Teclear cuatro palabras rápidas sobre un fondo blanco. Una mirada despierta y nerviosa, un fruncir del ceño, un mordisco, un comer de uñas. Enviar. ''Sending... Sent!''
Y esperar a que responda, o esperar a que lo lea, y él también sonría. ¿Debo seguir con el movil en la mano? No sé si guardarlo, estoy nerviosa, me arden las mejillas, sólo me apetece verlo. Verlo, verlo, verlo, verlo, y besarlo, sí, besarlo un poco, lanzarme a sus brazos, cerrar los ojos, sentir sus manos en mi cintura, cómo me comen las inseguridades por dentro, las mariposas en el estómago y, oh, joder, sí, un cosquilleo por la espalda mientras me huele el pelo. Y entonces, dejarme llevar y saber definitivamente que sí.
HE IS.

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