Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Día rojo, darling. Día rojo.

/ 16 de febrero de 2011 /
Hay días complicados y hay días sencillos. Hay días en los que desearías que todo lo que has intentado mantener a flote, se hundiera, sin más. Pero, sobretodo, que se hundiera definitivamente.
Joder, sé que luego leo estas cosas y digo: Estás idiota, no pienses así. Sólo tienes un día negro, o como le gusta decir a Holly Golightly, un día rojo. Pero nada más, todo va a salir mejor de lo que te imaginas, en serio. 
Necesito desahogarme, me siento un poco extraña, la verdad. Mmmf, ¿por qué, joder? ¿Por qué a mí?
Sí, vale, estas cosas... estas cosas pasan, sólo tienes quince años, vale, sí, no es el fin de tu vida, ni de tu adolescencia, ni te quieres tirar desde un tercer piso (¿quizás desde un segundo sí? Habría que planteárselo), ni nada va a cambiar lo más mínimo si lo has visto o lo has dejado de ver. Vale, de acuerdo. 
Jo, estoy confundida. Y harta. Y no sé qué hacer. Y no sé qué va a pasar.
Y me parece que debería pasar del tema y relajarme y punto. Relajarme. Necesito relajarme, relajarme, relajarme...
Maldito orgullo de mierda...



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