Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

Las cosas que no hicimos.

/ 15 de enero de 2011 /
Tenía que haberlo hecho, supongo. Tenía que haberle besado, pero, humf, es todo tan complicado a veces. Uno se cree seguro de lo que va a hacer, va con una idea clara de aquello ue seguramente suceda. Uno dice: hoy va a ser el día, today it's gonna be the day.
Pero no. A veces el miedo puede con nosotros. Pero, ¿miedo? ¿A qué le tienes miedo? Fácil, tengo miedo de lo que pueda suceder. Pero, en ese caso, si tienes tanto miedo, ¿porqué vas, porqué acudes, porqué le sigues el juego? ¿Te gusta, lo quieres, quieres que pase algo? ¡Sí, sí quiero! Entonces, ¿miedo? No te entiendo. Sí, miedo. Inseguridad, no lo sé exactamente. Pero aunque quiero hacerlo, no puedo, hay algo que me frena. Y cómo lo odio, cómo odio ese resabor, esa maldita y asquerosa sensación de cobardía en el último instante.
Te crees que te vas a comer el mundo. Oh, sí, te comes el mundo... luego llega la hora de la verdad. Y ahí, las has jodido.
Pero, mucho.

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