Jaque mate

Lo más triste de las despedidas es que da igual cuánto queramos retrasarlas, es el final no escrito de la vida. Y más vale aceptarlo, más vale hacerse a la idea desde el principio de la novela. Lo más triste de las despedidas es cuando decides llevar tú la iniciativa, cuando te das cuenta de que la nostalgia sólo pesa mientras la cargues sobre tu espalda.
Porque lo efímero es vivir de ilusiones, la ilusión de que esa cosa se va a volver a producir. Que no hay nada que te deje con ganas para siempre, y que solo te quede el recuerdo.

Fin. Mayo de 2012.

bye bye miss american pie

/ 30 de diciembre de 2010 /
Qué cosas tiene la vida.
Mañana es treinta y uno. Mañana será otro día ausente. Será algo distinto al de hoy, hoy habrán conversaciones, palabras, risas, como siempre. Como siempre, eso suena a rutina, pero, si es esta rutina, qué voy a decir, me encanta poder vivir durante un tiempo en esta utópica monotonía que ralla la perfección. ¿Monotonía perfecta? Me sabe a paradoja, a combinación explosiva. Un extraño paladeo agridulce.
¿Esto es felicidad? Debe ser algo aproximado, sí. No sé, es extraño, a veces te comería y otras veces me gustaría que no hubieras aparecido nunca, porque eres tan distinto, eres tan diferente a aquellos que he conocido. Sí, lo sé, lo sé, es lo que buscaba, de acuerdo, de acuerdo, pero no sé si había tenido en cuenta este pequeño contratiempo cuando formulé las palabrejas mágicas. Oh, era perfectamente perfecto, es decir, imposible. Imposible, o quizás ahora mejor dicho, improbable, prácticamente infactible. Todo suena enrevesado e incomprensible, es posible, pero la realidad es así. Quería algo improbable, y cuando aparece... ¿lo quiero? No lo sé.
Tengo miedo, no sé porqué. Pero sé que tengo miedo, a que ocurra como siempre. Como siempre, siempre, siempre. Mmmff... 
NS/NC.


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